SECRETOS PARA UNA DECISIÓN

SECRETOS PARA UNA DECISIÓN

Por: Nel

Para muchos, incluyéndome… tomar una decisión se vuelve muy complicado, es que hay decisiones de todos los tipos, me baño o no me baño, voy o no voy… la amo o no la amo, lo compro o no lo compro, lloro o no lloro… decisiones simples, otras más complejas y otras que se vuelven canalizadoras de un estilo de vida. Cuando nos enfrentamos a unas decisiones a veces ni miramos que nos llevo a esa decisión y mucho menos que consecuencia nos va a traer. Y tomamos decisiones por impulsos, por caprichos, por ganas, por amor, por odio, pero muy pocas veces, siendo tan jóvenes, tomamos decisiones porque sean o no, correctas. Bueno, estamos hablando tanto de la “decisión” que podría ser posible que no sepamos a ciencia cierta lo que es, una decisión se convierte en una alternativa seleccionada entre varias que permite alcanzar un estado deseado en respuesta a un problema.

Asi pues, a diario nos encontramos con un mundo de alternativas, que como bien les decía va desde un “me levanto o no?”… pasando por “la embarazo o no?” e incluso llegando a “me suicido o no?” todo son decisiones… pero será que hay alguna forma de siempre elegir bien?

Obviamente no la hay, no hay nada que nos asegure que lo que decidimos sea lo correcto y lo más beneficioso para nosotros. Pero si hay unos elementos que nos van a permitir decidir mejor. Y eso es de lo que quiero tratar ahora.

Necesariamente, y por los tintes que tengo dados por la religión que profeso, meto a mi Dios en todo lo que hablo, pero más allá de eso, todos tomamos decisiones, así que voy a incluir a Dios en unos de los punto de esos secretos, pero si quieren no lo tomen como Dios o religión, tómenlo como preceptos de una vida coherente con un desarrollo en sociedad.

Para tomar una decisión correcta lo primero que tenemos que tener es sabiduría. SABIDURÍA no es tener en dos segundos la respuesta de una integral definida, sabiduría es la capacidad para reflexionar, sacar conclusiones, saber experimentar, discernir la verdad, eso es sabiduría. El entender que nos va a traer la decisión que tomemos, estamos teniendo sabiduría. Diferenciar que tan beneficiosa o no, es la decisión que vamos a tomar, es sabiduría.

Pero intrínsecamente a la sabiduría aparece otra palabra, INTELIGENCIA… dos palabras totalmente diferentes, aunque una complemente a la otra, inteligencia es saber utilizar adecuadamente la información, los recursos, y todo lo que intervenga en la decisión que tomemos. Desde tiempo, dinero, amistades, amor, saber asimilar el recurso con que se cuenta para tomar una buena decisión.

Pero de nada nos sirve ser sabios e inteligentes, si en nuestras decisiones no tenemos PODER. Hay un dicho que dice “para que llorar sobre la leche derramada” es totalmente cierto. Debemos tener poder antes y después de tomar una decisión. En parámetros religiosos la biblia dice “que tu si sea un sí y tu no sea un no”, toma las decisiones con firmeza, con compromiso, con responsabilidad, comprometido con sí mismo, con ganas, con actitud y aptitud, en conclusión con Poder. Con poder para transformar y llenar ese deseo o esa necesidad que haya despertado esa decisión.

Una vez tomada, afróntala, si fue un error –recordemos que el error no es más que aprendizaje y solución- afronta ese error, e incluso disfrútalo y transfórmalo en beneficio propio. La cosa se vuelve más peligrosa cuando nuestra decisión afecta a un grupo, ahí juega un papel muy importante los dos elementos anteriormente descritos, y el poder se vuelve funcional, representativo y peligroso, pero la idea es no tener miedo, afrontar y disfrutar.

Aparece otro elemento, el CONOCIMIENTO, diferente a sabiduría e inteligencia… es conjunto de datos tangibles e intangibles, culturales, religiosos, sociales, todo se une aquí. Porque todo de una u otra manera influye en nuestra decisión. Un ejemplo claro de una decisión en donde influye todo es en un matrimonio, estoy en occidente, por lo tanto tengo el conocimiento social y cultural de que solo me puedo casar con una mujer, tengo conocimiento religioso de que me caso hasta “que la muerte me separe de mi futura esposa”, tengo conocimiento que gastaré bastante dinero en la boda, luego que debo ser muy sabio para escoger la mujer con que me vaya a casar.

La parte del conocimiento es muy variable, pero como lo mostré en el ejemplo anterior es muy incluida en el trasfondo de una decisión.

Aquí va la parte que les hable de religión, pero como les digo tómenla desde su punto de vista, se enuncia como “TEMOR A DIOS” y si, en una decisión debemos tener “temor a Dios”, si no eres muy religioso déjalo en “temor”. Ese temor se convierte o lo veo, como sinónimo de respeto. Respeto a que, a todo porque todo hace parte de mi decisión. Mi vida, la naturaleza, el grupo social en que me desarrollo, mi familia, todo… como lo explique en un documento anterior, para mi Dios es todo, por eso lo veo como “temor a Dios”… respeto a Dios, en palabras casuales, es respeto a todo lo que me rodea. Para mí, este es casi que el punto más vital en una decisión, porque si la decisión solo me afectara a mí, valla y venga, pero afecta todo lo que me rodea, y muchas veces sí, solo me afecta a mi… pero afecta mi personalidad y mi desarrollo en sociedad.

Finalmente con esto de respeto por todo, hay que darle un espacio a los valores, pero como he dicho en varias ocasiones, la ética es subjetiva, lo bueno y lo malo es variable, pero si hay algo que debemos tener en nuestras decisiones y es tolerancia, tolerancia se ve reflejada en la frase “NO JUZGAR”. Mi decisión es MI decisión, y tengo que tener un respeto infinito por la decisión de la otra persona, muchos de ustedes se preguntaran, y si esa decisión que tomo el otro me está afectando?, entonces TU toma TU decisión en contra respuesta a la decisión del otro. En parámetros de respeto y tolerancia. El no juzgar, haría de nuestra sociedad un mundo más “feliz”, inclusive ser tolerantes serían los pinitos de una Colombia en paz, pero desafortunadamente la intolerancia y el irrespeto por la decisión del otro es uno de los factores que nos tiene como estamos en sociedad hoy en día.

Es importante entender que debe haber un equilibrio entre la razón y los sentimientos, no podemos ser maquinas que decidan dependiendo de una serie de datos, pero tampoco podemos ser sentimentalistas que al segundo demos un sí o un no.

Pero en conclusión, lo más importante es que toda decisión que tomes, la tomes consciente de que te va a generar felicidad.

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